Además de magníficos castillos, arte rupestre y paisajes preciosos, la Dordoña es famosa por su tradición gastronómica. Aventurarse en su cultura culinaria es una de las mejores y más sabrosas formas de experimentar la vida de la Francia rural. Las exquisiteces gastronómicas de la región van de las trufas y las nueces a los productos frescos. Si al viajero le gustan las vistas, los sonidos y los aromas de un mercado francés, la Dordoña le parecerá un paraíso.